miércoles, 9 de enero de 2013

Las políticas de Mestre: la JP y la obligación de tomar la palabra



"Quien quiera oír que oiga, quien quiera seguir que siga,
mi empresa es alta y clara mi divisa, mi causa es la causa del pueblo,
y mi bandera la bandera de la Patria"
Juan Domingo Perón

Con un año de gestión como Intendente de Córdoba, Ramón Mestre ha demostrado las características de las políticas que llevará adelante en el resto de su mandato para resolver los problemas de nuestra ciudad. Decisiones como la modificación de la Ordenanza que prohíbe la construcción de edificios de altura en el predio del ex Batallón 141, sin debatir un plan de desarrollo urbano; la aprobación de los pliegos de licitación para la recolección de residuos sin evaluar el actual gerenciamiento de la ex Crese a cargo de las privadas Lusa y Cotreco; o la decisión de aumentar el Boleto de colectivo al mismo tiempo que se licita el servicio de transporte público sin siquiera discutir un plan de movilidad urbana, ofrecen una acabada muestra de los intereses que sólo la UCR y quienes acompañaron con sus votos conocen. Intereses que, por cierto, definen las políticas de la gestión mestrista.
Debemos reconocer, no obstante, que los lineamientos de esta gestión del ya no tan “pibe” Mestre no sorprenden ni resultan una novedad para quienes militamos y construimos política al lado de la gente en la Ciudad de Córdoba. Esos lineamientos, previstos por todos, nos llevaron en su momento a trabajar activamente en las elecciones municipales de 2011 donde Mestre lamentablemente terminó quedándose con la Intendencia. En este comienzo de 2013, las políticas de Mestre nos obligan a tomar la palabra nuevamente, y no sólo para repudiar la actual gestión de la Municipalidad, sino también para reflexionar junto a las organizaciones del campo nacional y popular de Córdoba.
La tarea de la política, lo que algunos llaman “política de base”, en verdad la única que conocemos y practicamos, la de trabajar, dialogar, discutir, aprender con la gente, con los vecinos, nos ha mostrado desde hace tiempo que la militancia, la que lucha por la ampliación e institucionalización de derechos sociales, la que trabaja por la construcción de una sociedad cada vez más justa y equitativa, tiene como requisito prioritario tomar la palabra cada vez que los intereses populares son lesionados por decisiones superestructurales. Sin embargo, en los últimos días, en que las escandalosas sesiones extraordinarias dispuestas por Mestre saquean el bolsillo de los cordobeses, vacían la empresa de transporte del Estado Municipal (Tamse), empeñan en manos privadas la planificación de la movilidad urbana y la recolección de residuos, y despojan a los vecinos del patrimonio edilicio y de terrenos fundamentales para el sostenimiento medioambiental de la Ciudad, la movilización de organizaciones del campo nacional y popular que se hicieron presentes para tomar la palabra ha sido, lamentablemente, exigua.
Cuando hablamos de tomar la palabra, no hablamos sólo de hacer circular un documento o una encendida declaración en las frondosas redes del mundo virtual, tampoco de encerrarse en charlas de café para convencer a los ya convencidos, y menos aún de ingresar en la ciega competencia entre organizaciones del campo popular por demostrar algún poder de movilización. Poder de movilización que por cierto no puede tampoco agotarse en actos y plenarios internos a cada organización. Cuando hablamos de tomar la palabra, hablamos del compromiso militante de hacer escuchar nuestras voces en las calles, de hablar con la gente en el espacio abierto, a la intemperie, bajo la lluvia o bajo el sol agobiante de esta Córdoba de Enero. Es en esa intemperie, que algunos intentan no ver y otros se atreven a desvalorizar, donde transcurre la historia de nuestros pueblos, en nuestro país y en Latinoamérica. Es allí donde se reconocen las demandas sociales, es allí donde se forjan las luchas populares, donde se construye y se disputan las políticas que queremos para nuestra Ciudad.
Desde hace tiempo en JP Kapiango decidimos hacer política a la intemperie, sin sombrillas ni paraguas, pero con el férreo compromiso que demanda sostener el proyecto nacional y popular encabezado por Cristina, con la firme convicción de la realización del peronismo en nuestra ciudad. El escenario que se da por estos días y, ciertamente, desde hace un tiempo, nos llama a la reflexión, e invitamos a la organizaciones compañeras a repensar las políticas que estamos llevando adelante desde el campo popular, a rediscutir las políticas que nos daremos para afrontar los tiempos que vienen. El camino, siempre creímos en Kapiango, no es el de dejar hacer al ex “pibe” Mestre o a cualquier gerente de intereses ocultos, sin decir nada. El camino, confiamos, es el de tomar la palabra, sea donde sea, sin otro permiso y sin otro mandato que el de los intereses populares pujando por florecer.

Viva Perón!!!
Néstor vive en el Pueblo!!!
Juventud Peronista Kapiango

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